Fuente: SweetClipArt |
Comienza como todos los sueños, de repente me encuentro en un instituto universitario hacinado (no caben los estudiantes en aulas que parecen saunas) donde un profesor me insistía en que que le hiciese llegar mi tema de tesis, a lo que respondía que seguro lo tenia en el correo o en el dropbox (que dicho sea paso no existía cuando escribí mi tesis), pero que para entregárselo tenia que ir hasta mi casa y buscarlo.
De pronto me consigo en el estacionamiento con un carro ultimo modelo (nada lujoso pero si nuevo), y si bien me debería sentir seguro de estar subiendo a un auto nuevo que tiene pocas posibilidades de quedar accidentado tengo esa sensación de que muchos me están observando tipo los zombies de The Walking Dead cuando oyen un sonido (en este caso el sonido de la alarma del carro).
Al salir del estacionamiento me consigo un montón de gente que no me deja avanzar, la verdad no se si es una protesta o una cola de supermercado, pero la gente esta molesta, par de mujeres me miran con rabia y golpean el carro, pero sin embargo logro avanzar y sigo mi camino.
Llego a 'mi casa' y me resulta bastante complicado estacionar, ha mucha gente alrededor, y es que resulta que estoy (pues a todas estas me encuentro solo) en un de centro comercial y 'mi casa' es una especie de tienda de conveniencia (tipo los depanneurs de Montreal). El negocio al frente y la habitación arriba, ubicado curiosamente a no mas de una cuadra del apartamento donde pase mi infancia. Me enredo abriendo y cerrando las como 4 cerraduras, y al llegar a cerrar la ultima se me parte la llave. Fuck!. A Dios gracias la tienda es quincalleria y tengo herramientas para sacarla.
El tiempo en la casa fue algo difuso, pero percibo que pase poco tiempo, quizá una ducha (pues estaba haciendo mucho calor) y un rato buscando el documento en la computadora. Al salir en dirección al carro, veo la puerta trasera abierta, las sillas de los bebes desbaratas (ellos Debian estar en otros sitio pues nunca los vi en mi sueño), me apresuro a llegar para ver el vidrio de la puerta delantera roto, el tablero hecho trizas y... (recuerden que es una pesadilla) el capo levantado y el carro sin motor. Exclamo "Mier..a pero si solo lo deje 30 minutos, a lo que un extraño me responde: "Es que ahora son unos bárbaros, traen hasta sus herramientas", se me acercan tres mas diciendo esa frase trillada "al menos no te hicieron nada"
Entre la mezcla de rabia y frustraciones salgo corriendo hacia los edificios donde solía vivir preocupandome sobre como carajo iba a poder reparar el carro. Tengo que pasar como tres portones, a la final entro en uno de los edificios pero ya no se parecen en nada a como los recordaba, no hay nadie familiar, hasta que me consigo a uno (que en este momento no recuerdo quien es) que me cuenta que todos se han ido, que solo quedan algunos viejos. Siento que charlé unos cuantos minutos hasta que una gritería y unas detonaciones nos hacen buscar refugio, por lo que termino separado de este personaje, de alguna forma conocido, y me hayo huyendo (de no se que) saltando matorrales (pues los edificios en vez de jardín parecen tener es laberintos, de pronto un portón con un botón de intercomunicador, lo presiono y no responden, el ruido (que ahora pareciese ser una bestia) se acerca.
De pronto alguien responde, es una voz conocida de un señor vecino de toda la vida, le digo quien soy y me abre la puerta. camino unos 20 metros y hay otra reja, el ruido se acerca mas, ya estoy casi que saltándome la cerca y de repente sale de los matorrales un animal, que parece un zorro no mas grande que las ardillas canadienses, del mismo color que los zorros de las tiras cómicas. Ruido ha desaparecido, el zorro se me acerca y en ese momento caigo en cuenta que estoy cargando una mochila y en ella hay unas sobres de comida. Se la presento al zorro, este toma un poco y se va, el ruido se transforma en canto de pájaros, los matorrales en jardines verdes y bien arreglados, el clima se torna fresco (casi que frió). De pronto estaba en su sitio calmado y diferente a donde estaba...
En ese momento me desperte sin saber que pasó, pero sosprecho que una de dos, o me mori o emigré...
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